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A río revuelto, Gerdemann

Bjarne Riis dijo en 2005 que Linus Gerdemann iba a ser el mejor ciclista alemán desde Jan Ullrich. Como las palabras se las lleva el viento, el megalómano danés se lo llevó a su CSC cuando Linus todavía tenía 22 años. Parece que el joven Gerdemann se tomó la frase de Riis demasiado en serio y firmó por el T-Mobile del propio Ullrich antes de que acabase la temporada. En 2007, aún en edad de maillot blanco, Gerdemann ganó en solitario la primera etapa de montaña del Tour de Francia. Fue la típica toma de contacto sin que los favoritos se moviesen, pero el ciclista alemán ganó con suficiencia y además se vistió de amarillo.

Parecía que simplemente habría que esperar hasta que Linus disputase la victoria en el Tour. Casi al mismo tiempo que Gerdemann ganaba, su compañero Patrick Sinkewitz daba positivo en plena carrera. El positivo de Sinkewitzk sirvió para que en Alemania iniciaran su efectista campaña contra el dopaje y, por alusiones, contra el ciclismo. En realidad, el origen habría que buscarlo en la Operación Puerto y la implicación de Ullrich en ella, si no antes, pero el hecho es que este escándalo se fue uniendo a otros para provocar que la televisión pública dejase de retransmitir el Tour, que el T-Mobile dejase el patrocinio del equipo y que la Vuelta a Alemania se suspendiera indefinidamente, entre otras cosas.

En medio de tanta decepción, Gerdemann corrió un Tour más sin asomarse por los puestos de cabeza. Fue en 2009. El de 2008 se lo perdió por una caída en la contrarreloj de la Tirreno Adriático -acabó la etapa con una buena marca pese a la caída– cuando estaba disputando la victoria final. Aunque ganó la última edición disputada de la Vuelta a Alemania, Gerdemann borró en esos dos años la creencia de que terminaría disputando la victoria de un Tour. Y en Alemania eso ya no le importaba a nadie.

Pese a todo, Linus Gerdemann todavía tiene 27 años y mucho talento para la bicicleta. La Tirreno Adriático parece confirmarse como la prueba más relevante de su carrera -el año pasado terminó octavo- y hoy se ha impuesto al sprint en una extraña primera etapa, marcada por el frío, la lluvia y la nieve. Pablo Urtasun dejó que se vieran los colores del Euskaltel en los últimos 25 km., con un intento de fuga extremadamente optimista al que se uniría Niki Terpstra, compañero de Gerdemann en el Milram. Ambos fueron neutralizados en los últimos kilómetros, poco antes de que el veterano Luca Paolini saltara y se llevara a su rueda a Matti Breschel, Pablo Lastras y nuestro protagonista.

Faltaban unos cinco kilómetros para la llegada. Paolini y Breschel, los más rápidos del grupo, tomaron el peso de la escapada, que nunca llegó a los diez segundos de ventaja. El pelotón, sin Mark Cavendish, parecía alcanzar a la fuga ya en el último kilómetro. Fue justo en ese momento cuando se les notó huérfanos de Cavendish y su Columbia: Paolini lanzó un ataque-sprint desde muy lejos al que respondió primero Breschel y después Lastras y Gerdemann, pero nadie en el pelotón. Breschel rebasó a Paolini -extraño que un hombre de su edad y sus victorias se elimine así- con demasiado trabajo en las piernas y demasiada distancia hasta meta. Lastras le superó y Gerdemann, muy cerca de la línea de meta, adelantó triunfalmente al del Caisse d’Epargne.

Así, Gerdemann es líder de la carrera y un firme candidato a la victoria final. El recorrido le va bien, aunque no haya contrarreloj, y hoy se ha embolsado 12 segundos de ventaja gracias a las bonificaciones. Estaría feo acabar sin mencionar más a Pablo Lastras, uno de los pocos ciclistas españoles con victoria de etapa en las tres grandes vueltas. Lastras es un cazarrecompensas que conoce su oficio a la perfección. A sus 34 años, probablemente aún le quede alguna gran victoria que darle a su equipo de toda la vida.

Previa: Tirreno – Adriático

-La prueba-

Como cada año, el mejor ciclismo se bifurca cuando se aproxima la Milán-San Remo. Mientras algunos ciclistas deciden marchar hacia Niza, otros prefieren cruzar los Alpes hacia Italia y viajar entre los dos mares que bañan la bota. La Tirreno Adriático (del 10 al 16 de marzo) siempre les llega a los tiffossi como la preparación perfecta para el primer monumento de la temporada. Y no sólo a los aficionados, sino también a los propios ciclistas: raro es ya el ciclista con aspiraciones a victoria en San Remo que no participa en la carrera de los dos mares.

Lo cierto es que la carrera, 44 ediciones después, presenta un carácter volátil frente a la tradición de sus vecinos franceses. En los últimos años, sin modificar su duración, han ido excluyendo e incluyendo contrarrelojes y etapas de montaña. Para esta edición nos encontramos sin crono individual y sin montaña convencional, aunque sí habrá dureza.

-La historia-

Esta heterogeneidad ha marcado de forma fundamental la historia reciente de la Tirreno Adriático. Acabamos de cerrar una década en la que ciclistas tan distintos como Abraham Olano, Paolo Bettini, Óscar Freire y Michele Scarponi han inscrito su nombre en el palmarés de la prueba. Antes destaca el dominio del gran Roger de Vlaeminck, que ganó seis ediciones consecutivas en los años setenta, y la presencia de grandes nombres como Moser, Saronni, Zoetemelk, Sorensen, Rominger, Fondriest, Dekker, Bartoli, Rebellin, Pozzato o Cancellara. Sólo tres españoles han conseguido la victoria final: los citados Olano y Freire más Herminio Díaz Zabala.

-El recorrido-

Por si alguien aún no se había percatado del origen del nombre de la carrera, la primera etapa saldrá desde Livorno, en el Mar Tirreno, y la última acabará en San Benedetto del Tronto, puerto del Adriático. Entre medias, siete días muy interesantes, no exentos de dureza, y con finales atractivos -algunos en circuitos-, ajustados a las características de un buen puñado de ciclistas.

Miércoles 10 de marzo. 1ª etapa: Livorno – Rosignano-Solvay (149 km.).
Altos: Rosignano Maritimo (km. 79’5, km. ), Nibbiaia (km. 98’6).

La apuesta de Cobbles & Hills: Óscar Freire.

Jueves 11 de marzo. 2ª etapa: Montecatini Terme – Montecatini Terme (165 km.).
Altos: Goraiolo (km. 83’2), Vico (km. 109’4; km. 124’1; km. 138’8; km. 153’5).

La apuesta de Cobbles & Hills: Tyler Farrar.

Viernes 12 de marzo. 3ª etapa: San Miniato – Monsumanno Terme (159 km.).
Altos: Ipapi (km. 131’3), San Baronto (km. 143’5).

La apuesta de Cobbles & Hills: Tyler Farrar.

Sábado 13 de marzo. 4ª etapa: San Gemini – Chieti (243 km.).
Altos: Sella di Corno (km. 86’2), Pretoro (km. 201’2), Chieti – Via de Turre (km. 239’7).

La apuesta de Cobbles & Hills: Edvald Boasson Hagen.

Domingo 14 de marzo. 5ª etapa: Chieti – Colmurano (234 km.).
Altos: Forca di Presta (km. 135’4), Frontignano (km. 164’2), Le Arette (km. 178’1), San Ginesio (km. 219’7).

La apuesta de Cobbles & Hills: Francesco Ginnani.

Lunes 15 de marzo. 6ª etapa: Montecosaro – Macerata (134 km.)
Altos: Macerata (km. 76’6; km. 95’6; km. 114’7; km. 134).

La apuesta de Cobbles & Hills: Kim Kirchen.

Martes 16 de marzo. 7ª etapa: Civitanova Marche – San Benedetto del Tronto (164 km.)
Altos: Monte Giberto (km. 36’8), Cossignano (km. 57’2).

La apuesta de Cobbles & Hills: Mark Cavendish.

-Los favoritos-

  • Edvald Boasson Hagen (Sky Professional Cycling Team). Aunque sería mucho más candidato a la victoria si hubieran incluido una contrarreloj en el recorrido, el noruego es un todoterreno con muchísima pegada. Podría perder sus opciones si los escaladores del pelotón deciden reventar la etapa de Colmurano en Forca di Presta.
  • Cadel Evans (BMC Racing Team). La temporada del renovado equipo estadounidense está siendo paupérrima. El flamante campeón del mundo es el mayor -casi único- atractivo que tienen para presentarse en la salida del Tour de Francia, pero necesitan que empiecen a llegar los resultados. Por esto, por la profesionalidad del australiano y porque sí están invitados al Giro de Italia, Cadel Evans podría ganar la Tirreno – Adriático.
  • Francesco Ginnani (Androni Giocattoli – Serramenti PVC Diquigiovanni). El conjunto de Savio ganó la carrera en 2009 con Scarponi, al que el recorrido de este año no le beneficia especialmente. Ginanni, ganador del Laigueglia esta temporada y una de las sensaciones del ciclismo italiano que viene, se dejará ver y, si las circunstancias le sonríen, probablemente no se conforme con una victoria parcial.
  • Vincenzo Nibali (Liquigas – Doimo). El de Messina ya es toda una realidad del ciclismo transalpino. En la última edición de la Tirreno – Adriático fue uno de los protagonistas de la etapa reina, con un bravísimo ataque un tanto suicida, con la general como objetivo. Deberá ser uno de los animadores camino de Colmurano; cuenta con equipo para ello.
  • Filippo Pozzato (Team Katyusha). Pippo ganó esta carrera hace siete años, cuando apenas se le intuía su impresionante clase. Desde que hizo las maletas hacia Rusia está centrado en las más altas metas del mes de abril, pero su talento es tan grande que podría reeditar victoria si está metido en carrera y si la etapa de Colmurano no se va por los derroteros de la épica.

La carrera está tan abierta que es difícil decidirse por los favoritos dentro de esta maravillosa participación. Anoten también los nombres de Andy Schleck, Robert Gesink, Linus Gerdemann, Stefano Garzelli, Giovanni Visconti, Michele Scarponi, Alessandro Ballan y Fabian Cancellara. Todos los sprinters de élite, casi sin excepción, estarán presentes mañana en Livorno, con la duda del rendimiento que ofrecerá Mark Cavendish: Tyler Farrar, Thor Hushovd, Óscar Freire, Tom Boonen, Alessandro Petacchi, Matti Breschel, Robert Hunter, Allan Davis, José Joaquín Rojas, Greg van Avermaet, Robbie McEwen, Baden Cooke,… Y es que este es el principal valedor de la Tirreno Adriático: su participación. Una prueba de fuego ideal para la Classicisima.